Cementerio de Montjuïc (Barcelona)
“Un lugar rodeado de luz y color”
Los periódicos de los últimos años del siglo XIX y primeros del siglo XX comentan la dulce melancolía que suscita el nuevo cementerio: “Un lugar rodeado de luz y color”.
El cementerio de Montjuïc se creó a raíz de la gran expansión demográfica y de la subida económica que experimentó la ciudad de Barcelona en la primera mitad del siglo XIX. El cementerio de Poblenou resultaba, claramente, insuficiente y el hecho de que se encontrara en una zona de gran desarrollo urbanístico no impidió la ampliación.
El recinto funerario de Montjuïc fue inaugurado el 17 de marzo de 1883 por el alcalde de Barcelona, Rius i Taulet. El proyecto del cementerio formaba parte del programa de mejoras que este alcalde emprendió para agrandar la cuidad, las cuales desembocaron en la Exposición Universal de 1888. El cementerio se creó a medida de aquella Barcelona innovadora e industrial de finales de siglo.
Un indiano, el primer habitante
Las primeras inhumaciones registradas en los libros del cementerio fechan del 19 de marzo, día en el que se realizaron 10. José Fonrodona Riva fue la primera persona enterrada en el nuevo cementerio; este primer habitante era un indiano que había sido alcalde de Matanzas (Cuba), y por la sepultura del cual sus herederos pagaron 20 pesetas.
El cementerio fue proyectado y dirigidas sus obras por Leandro Albareda (Barcelona, 1852-1912), un arquiteco municipal que, antes de construirlo, visitó las necrópolis extranjeras más interesantes y que también fue el autor de importantes panteones.
La superficie del cementerio está planificada mediante un eje de simetría de norte a sur, pero sus lados no son exactamente iguales. Sólo el lado oeste mantiene el trazado previsto.
Los grandes desniveles de la montaña se compensan mediante dos clases de caminos: unos de trayecto más corto y con amplias escalinatas, y los otros, mucho más largos y suaves, que forman importantes vías las cuales dan lugar a constantes cambios de perspectiva.
Un verdadero jardín inglés
El cementerio entra dentro de la tipología de jardín inglés, con caminos sinuosos, una situación pintoresca, unas bonitas perspectivas y un buen emplazamiento de sepulturas.
La vegetación es abundante y el ciprés es el signo de identidad y el que hace que el cementerio sea la primera imagen de la ciudad cuando se accede por mar.
El cementerio es un claro reflejo, sin alteraciones posteriores, de las tendencias estilísticas de finales del siglo XIX y primeros del XX que se desarrollaron paralelamente en la ciudad.